martes, 30 de julio de 2013

Dejarse llevar por el entusiasmo

Hace poco leí un artículo que decía que cada uno de nosotros tiene un talento natural. Sir Ken Robinson es un experto mundial en educación, creatividad e innovación y escribió El Elemento, libro que ha sido traducido a 21 idiomas, y lo más importante,  habla sobre las pasiones humanas.

Profundamente convencido de que todos nacemos con grandes talentos naturales, Ken Robinson defiende con vehemencia que tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, que deberíamos de mirar hacia nuestro interior con otros ojos para descubrir lo que nos hace sentir plenamente realizados. "Tenemos qu crear marcos -en las escuelas, en los centros de trabajo y en los estamentos públicos- en los que cada persona se sienta inspirada para crecer creativamente", afirma Robinson.  Para sacar el mejor partido de nosotros. Para ser más felices. Para ayudar a nuestros hijos  a serlo. Este desafío implica, según el autor, transformar la educación, personalizándola, colocando a los niños en un entorno en el que quieran aprender "y puedan descubrir de forma natural sus verdaderas pasiones", algo que la estandarización actual suele impedir.

¿Qué es el elemento?
El Elemento es el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales. Descubrirás que las personas que aparecen  en este libro tienen en común que hacen lo que les gusta y al hacerlo se sienten realmente ellos mismos:les parece que el tiempo transcurre de manera diferente y se sienten más vivos, más centrados y llenos de vida que en cualquier otro momento. El hecho de estar en su Elemento los lleva más allá de las experiencias comunes de disfrute y felicidad. No estamos hablando simplemente de la risa, de los buenos momentos, de puestas de sol y fiestas. Cuando las personas están en su Elemento establecen contacto con algo fundamental para su sentido de la identidad, sus objetivos y su bienestar.
¿Cómo lo encontramos dentro de nosotros mismos y en los demás? No existe una fórmula rígida. El Elemento es distinto en cada persona. Y no estamos limitados a un solo Elemento. Algunas personas sienten la misma inclinación por una o más actividades y todas se les dan igual de bien. Otras tienen una sola vocación y una habilidad que les satisface mucho más que cualquier otra cosa.
El Elemento tiene dos características principales, y hay dos condiciones para estar en él. Las características son: capacidad y vocación. Las condiciones son: actitud y oportunidad. La secuencia es más o menos así: lo entiendo; me encanta;lo quiero;¿dónde está?

Lo entiendo
Capacidad es la facilidad natural para hacer una cosa; es una percepción intuitiva o una comprensión de qué es algo, cómo funciona y cómo utilizarlo. Nuestras capacidades son muy personales. Pueden servir para actividades generales, como las matemáticas, la música, el deporte, la poesía o la teoría política. También pueden ser muy específicas:no la música en general, sino el jazz o el rap. No los instrumentos de viento, sino la flauta. No la ciencia, sino la bioquímica. No el atletismo, sino el salto de longitud.
Para algunas personas las matemáticas son tan bellas y atractivas como la poesía y la música lo son para otras. Encontrar y desarrollar nuestras fuerzas creativas es parte fundamental para llegar a ser quienes realmente somos. No sabermos lo que podemos llegar a ser hasta que no sepamos lo que somos capaces de hacer.

Me encanta
Estar en tu Elemento no es solo una cuestión de capacidad natural. Conozco a muchas personas que por naturaleza son muy buenas en algo, pero que no sienten que ese algo sea la vocación de su vida. Para estar en tu Elemento necesitas algo más:apasionarte. Las personas que están en su Elemento encuentran gran deleite y placer en lo que hacen.

Lo quiero
Actitud es la perspectiva personal que tenemos de nosotros mismos y de nuestras circunstancias:el ángulo desde el que acostumbramos a mirar las cosas, nuestra disposición; es un punto de vista emocional. Mucha cosas afectan a nuestras actitudes, entre ellas nuestro carácte, nuestro espíritu, nuestra autoestima, las percepciones de las personas que nos rodean y las expectativas que tienen puestas en nosotros. Un indicativo interesante de nuestra actitud básica es el papel que consideramos que desempeña la suerte en nuestra vida. A menudo las personas que aman lo que hacen se describen a sí mismas como afortunadas. Las personas que creen que no han logrado el éxito en su vida a menudo dicen que han tenido mala suerte. Los accidentes y lo aleatorio tienen su parte en la vida de todo el mundo. Pero tener suerte o no depende de algo más que la mera casualidad. Con frecuencia, las personas que han triunfado comparten actitudes parecidas, somo la perseverancia, la confianza en sí mismos, el optimismo, la ambición y el sentimiento de frustración. La forma de percibir nuestras circunstancias, así como la de crear y aceptar las oportunidades depende en gran medida de lo que esperamos de nosotros mismos.

¿Dónde está?
Si no se dan las oportunidades adecuadas es posible que nunca llegues a saber cuáles son tus aptitudes o hasta dónde podrían llevarte. No hay muchos jinetes de potros salvajes en la Antártida, ni mchos buscadores de perlas en el Sahara. Las aptitudes no llegan a hacerse patentes a menos que tengamos la oportunidad de unitlizarlas. La consecuencia, desde luego, es que puede que nunca descubramos nuestro verdadero Elemento. Depende mucho de las oportunidades que tenemos, de las que creamos, de si las aprovechamos y de cómo lo hacemos.
A menudo, estar en tu Elemento significa relacionarte con otras personas que compartan las mismas aficiones y tengan el sentido común de comprometerse. En la práctica, esto significa tratar de encontrar oportunidades que te permitan explorar tu actitud en campos diferentes.
No es extraño que necesitemos que otras personas nos ayuden a reconocer nuestros verdaderos talentos. Con frecuencia ayudamos a los demás a descubrir los suyos.

                                                                         Sir Ken Robinson